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domingo, 15 de mayo de 2011

WILBUR (2009)

Hace mucho tiempo… En un país llamado Larley, un adolescente de once años llamado Wilbur (vivía en un orfanato porque no conoció a sus padres) salvó a una preciosa chica llamada Serena, de once años también… y esta es su historia.

I
EL ORFANATO

W
ilbur ya estaba harto del orfanato, siempre le decían lo que tenía que hacer, lo que tenía que comer…y solamente a él porque era el más mayor.

Como ya llevaba once años allí ningunos padres le querían adoptar. Todos pensaban que era un poco mayor, y siempre elegían a los bebés o a los que tenían un año o dos.
El mejor amigo de Wilbur era Larry. A él tampoco lo quería nadie porque tenía doce años. Y nadie sabía por qué no escogían Llenny. Era una niña de ocho años, que un poco loca o mal de la cabeza estaba la pobre.
Como ya estaba harto, Wilbur decidió organizar un plan para escaparse sin que las monjas lo vieran.
- Como las monjas hacen guardia por la noche, y de día más aún, mejor me voy por la noche. ¡Mmmm! ¿Cómo me escaparé?- Pensaba Wilbur.
- ¡Eeeh! ¿Qué estás haciendo?- gritó Llenny.
- ¿Qué quieres?- Dijo Wilbur sobresaltado.
- ¿En qué pensabas con esa cara de atontolao?
- Pensaba en un plan para escaparme del orfanato. Pero no se me ocurre ninguno. ¿Me podrías ayudar?- Contestó Wilbur.
- Yo sé cómo. Primero te subes a ese poni de ahí y sin que te vean las monjas, atraviesas la ventana, bueno, quiero decir, la rompes y después te vas volando. ¡Buena suerte!- dijo Llenny mientras se alejaba corriendo.
- ¡Espera!- le gritó Wilbur
-¿Qué quieres?
-¿Cómo voy a volar?
- Pues con el poni. ¡Adiós! Y no me molestes más que tengo clase de piano.
- Pero si los ponis no vuelan, ¿y donde hay un poni? Querrás decir aquel perro marrón. A esta chica le faltan uno o dos tornillos. Además, si rompo la ventana, suena la alarma- dijo Wilbur riéndose.

Otro día, mientras comía con Larry, seguía dándole vueltas al asunto.
- Mejor me meto en esa caja llena de mercancías. Por la noche se la lleva un camión y la deja en medio de la playa, allí podré salir y con la madera de la caja me construiré un barco pequeñito y me iré por el mar – Dijo Wilbur.
- ¿Y cómo vas a comer?- Dijo Larry.
- Muy fácil. Antes de irme robaré un poco de dinero para que cuando esté en la playa pueda pedir una pizza de queso. Aunque para eso también tendré que robar un móvil.
- Tu plan es genial ¿Me dejas que vaya contigo?- preguntó Larry.
- Bueno, si insistes – contestó Wilbur.


























II
LA HUIDA

E
l día que decidieron irse…
- Bien, por fin nos vamos a vengar de todo lo que nos han hecho en este orfanato- dijo Wilbur.
- Ya te digo, porque como voy contigo… ¡¡Bien!!- gritó Larry.
- Baja la voz, ya están todos durmiendo y las monjas se pueden enterar de que estamos metidos en una caja- susurró Wilbur- ¡Y para de moverte!, que nos van a ver.
- Me estaré quieto si dejas de pisarme.
- Está bien, pero cállate ya. Ahí está el camión.
- Ya, pero ese no es el que va a la playa, el que nos lleva es azul y éste es gris y con un dibujo rojo- dijo Larry.
- Claro que es el que va a la playa, te has equivocado- dijo Wilbur.
- ¡Que no!
- ¡Que sí!
- ¡Que no!
- ¡Que sí!
Mientras discutían subieron al autobús y se pasaron así todo el camino hacia la playa, que por cierto, duraba una hora. Larry todo el rato diciendo que no, y Wilbur diciendo que si. La verdad es que tenía razón Wilbur y es que sus planes nunca fallaban. ¿Cómo iba a fallar el mejor que había tenido?
- Tengo una idea- Dijo Larry.
- ¿Cuál?
- Pues parar de pelearnos, total, tú tenías razón, éste es el autobús que va a la playa, y lo sé porque la veo por la ventana.
- Es verdad, quiero decir, ¡ja, ja! – dijo Wilbur.
El camión paró, y dejó la caja en la arena de la playa. Tardó cinco minutos en irse.
- Creí que no se iba nunca- dijo Wilbur- bien, el siguiente paso es esperar a que el camión traiga la caja llena de frutas.
- Vamos a ese arbusto antes de que llegue el camión.
Estaban escondidos y después de unos diez minutos vino el camión, dejó la caja y se fue.
Wilbur se puso a llamar al pizzero, con su móvil, para que le trajeran la pizza.
¡Rrrr Rrrr! Sonó el móvil del pizzero.
- Quiero dos pizzas de queso. Estamos en la playa abandonada del sur de Larley. No tarde. Adiós.
- Enseguida lo llevo, señor- dijo el pizzero.
En ese momento llegó el camión con la caja de frutas. La dejó y se fue.
Después vino el coche con la pizza.
- Son diez euros- dijo el pizzero.
- ¡Oh, no! Creo que me lo he dejado. ¡Ah, no! Está aquí. Ten- Dijo Wilbur.
- Esto son nueve euros, señor.
- Pues ya no tengo más.
- Pues lo siento, te quedas sin pizzas.
- No, espera, me he encontrado esto en el suelo. ¿Le vale?- dijo Larry.
- Sí, claro que vale, es un euro- contesta el pizzero.
Después de comerse las pizzas, empezaron a construir el barco.
Juntaron las planchas de madera una al lado de la otra. Mientras Wilbur hacía la bandera, Larry pegaba las planchas con un pegamento especial. Con una sierra que se encontraron cortaban las maderas.
Después de una hora de trabajo ya estaba bien el barco y se fueron a navegar.
- ¡Esto es genial!- Gritó Wilbur.









III
EL MAR

E
mpujaron el barco hacia el mar, cuando de repente apareció una ola gigante. Se subieron al barco rápido y la ola empujó al barco muy profundo en el mar.
No veían nada de tierra. Estaban un poco asustados. Vieron la aleta de un tiburón, y se asustaron más aún.
-¡Vámonos de aquí! ¡Vamos a morir!- Gritó Larry.
- ¡Tranquilízate! Ahora mismo estás más loco que Llanis; dichoso el día que dijo lo del poni volador- Dijo Wilbur.
- ¡Yo me tiro al mar! ¡Adiós! ¡Wilbur, te echaré de menos!
-¡NOO!- Gritó Wilbur.
Larry se tiró al mar por culpa de su miedo, así que Wilbur se quedó solo.
Estaba aterrorizado, pero mantuvo la calma y siguió navegando.

Después de una hora de navegar, oyó un ruido extraño, muy extraño.
Era como “lec lacs yuu uesrd oi nics”, pero en forma de canción, como lo diría… ¡Ah, sí! Como de una sirena que estaba sentada en una roca.
Fue siguiendo el canto hasta que vio la sirena. Bueno, en realidad no era una sirena, era una chica normal, y era de su edad, y guapísima. La roca donde estaba sentada estaba rodeada de tiburones. Y ese canto era su forma de decir ¡Socorro, estoy en apuros!
Normal, estaba rodeada de tiburones.
Wilbur mató a los tiburones con una lanza que tenía escondida. Mató a tres con un solo tiro.
Quedaba uno, el que parecía más fuerte.
Éste le hizo rasguños muy fuertes, pero no le llegó a cortar nada.
Después de matarlo subió a la chica en su barco, y se fueron navegando.
Después de un buen rato de navegar se encontraron un PORTAL (Es algo que lleva a todas las partes de Larley).
-¿Qué es eso?- pregunta Wilbur.
-Es un portal- dijo la chica- Por cierto, ¿cómo te llamas?
- Me llamo Wilbur, ¿Y tú?
- Serena, me llamo Serena, y tengo once años.
- Yo también tengo once.
-¿Para qué sirven los portales?- Pregunta Wilbur.
- Sirven para trasladarse por toda Larley.
-¿Cómo a donde?
- Como a CRIMARTIANO, FORTRELAR, y también a CHELIESTROFAGO y a PRESKITA.
Entraron en todos porque había una nota que ponía:

“Entrad a todos estos sitios, salvad a los aldeanos y os haremos reyes de Larley, jóvenes afortunados”

- Primero iremos, mmm… a Crimartiano- dijo Wilbur.
- Está bien- contestó ella.


















IV
CRIMARTIANO


A
travesaron el portal y…
- Que guay, estoy flipando- dijo Serena.
- Yo también, que maravilla de tierras. Aquí no hay que salvar a nadie, están todos bien…

                              ¡BUUM!           

…¡excepto ellos! Vamos rápido a ver qué ha pasado.
Llegan y le preguntan a un enfermo:
-¿Cómo se ha producido la explosión?
- Es que por aquí siempre ronda un dragón cada semana. Escupe fuego y produce una explosión- dijo el hombre con voz cansada.
- ¿Sabes donde habita el dragón?- pregunta Serena.
- Si, en la Cueva del Lobo Negro, que está a 100 millas de aquí.
- ¡Vamos!- Dijeron los dos a la vez.
Estaban andando los dos, y ya estaban muy cansados. Solo tenían que cruzar un puente y a unos metros estaba la cueva.
- Wilbur, a lo mejor este puente se cae- dijo Serena un poco asustada.
-Mejor pasamos corriendo- dijo Wilbur más tranquilo.
Pasaron los dos corriendo a toda máquina, y como Serena corría menos, el puente empezó a balancearse, y de repente Serena cayó.
Wilbur siguió corriendo, sin poder hacer nada, y a la entrada de la cueva vio un chico muy guapo. Le preguntó cómo se llamaba.
- Me llamo Michael ¿Y tú?
- Yo Wilbur.
- Es un nombre muy bonito. ¿Qué haces aquí?
- Hemos venido mi amiga Serena y yo. Pero Serena se ha caído del puente y creo que está muerta. Bueno, Serena… se acabó, así que vamos a por el dragón- dijo Wilbur triste.
- ¡No, no, no!- dijo Michael.
- No ¿Qué?
- Haber, hay que tirarse al agua con Serena, porque ella no está muerta, ella es prisionera del dragón, y se ha caído por ese río que lleva a la charca donde bebe agua el dragón- dijo Michael.
- ¿Insinúas que tenemos que tirarnos al río?- pregunta Wilbur.
- ¡Lo has pillado! ¡Hala, vamos!
-¡Una, dos y tres!- dijeron los dos a la vez.
Así que se tiraron al rio. Les llevaba la corriente, por lo que no tenían que nadar.
El rio era misterioso, incluso había pirañas, pero ellos no tenían nada de miedo.
Al final el rio les llevó hasta la charca de agua del dragón.
Vieron a Serena atada, mientras el dragón estaba oliendo algo…
…les olía a ellos.
De repente el dragón vio a Wilbur y lo cogió del pié, y lo ató junto a Serena.
El dragón estaba hambriento, así que decidió comerse a Wilbur.
Serena intentó detenerlo dando gritos y patadas, pero el dragón le ató las piernas y le tapó la boca.
Michael estaba impaciente, él era el único que podía hacer algo, pero no sabía el qué. De pronto vio una manguera sostenida con una cuerda bastante gorda y se le ocurrió balancearse con la cuerda hasta llegar al dragón, y una vez allí tirarle al agua para que se apague y se deshidrate, y por supuesto se muera.
Y así lo hizo. Al final salvó a Wilbur y a Serena.
De repente apareció un portal que decía:
“Siguiente parada: FORTRELAR



V
FORTRELAR

A
 Wilbur, de repente, le apareció un mapa en las manos que decía:

“Tienes que ir a la Cueva de Fuego, donde te encontrarás con un tigre y con sus secuaces, al que tendrás que matar”

Se giró para decírselo a Serena, pero Serena había desaparecido. Ellos estaban indecisos, pero al final fueron a la Cueva de Fuego.
Una vez allí, cogieron una escalera y se subieron encima de la cueva, saltaron un poco, cogieron su sierra y cortaron la parte de arriba, de manera que los dos cayeron encima de los tigres.
Mataron a todos menos al más malo.
El tigre rugió.
Michael se puso a un lado del tigre, y Wilbur al otro.
Michael le tira una cuerda a Wilbur, y Wilbur a Michael, y así, así hasta que lo atan y estiran y se muere.
-¡Bien!- dijeron los dos a la vez.

Apareció un portal que decía: CHALIESTRÓFAGO.













VI
CHALIESTÓFAGO

D
espués de dos semanas buscando algún peligro, no había ningún peligro.
Los chicos tenían hambre, así que fueron a una tienda. Se hacen pasar por niños huérfanos y la mujer les da un par de caramelos.
Un hombre que pasaba por la calle les dice que están envenenados. Entonces los chicos le tiran los caramelos a la que se los ha vendido, y al caer los caramelos en la cara de la señora, se le quita la máscara y se descubre que es una bruja malvada, y se va volando con su escoba.
Pero los chicos le cogen por los pies, y se van volando ellos también.
Luego se sueltan porque no pueden aguantar más, y ven que esas estúpidas brujas van a un laberinto.
Cuando se hace de noche, los cuicos entran en el laberinto y se ponen a buscar a las brujas.
- ¡Eh, mira esa cueva! Deben estar allí- dice Wilbur.
-¡Vamos!- dicen los dos a la vez.
-Es mejor que nos separemos- Dijo Michael.
Así que lo hicieron.
Wilbur se encuentra por el camino un dragón, y se puso a luchar contra él.
Mientras que Michael va a esa torre que está en el medio del laberinto y espera a Wilbur.
Bueno, Wilbur lo tiene complicado, hizo lo mismo que Michael en Crimartiano. Cogió la manguera y se la echó al dragón. En entonces se deshidrata y se muere.
Así que Wilbur va con Michael a la torre donde están las brujas.
-¡Cuánto has tardado!- dice Michael.
-Lo siento, es que me he tropezado con un dragón- dijo Wilbur, cansado.
Antes de que ellos suban, aparece un simpático lobo y le dicen:
- Si matas a las brujas que hay allí arriba, te daremos comida.
- Trato hecho- dijo el lobo.
Entonces el lobo mata a las brujas y los chicos le dan comida.
Aparece el portal que pone: “PRESCLITA





































VII
PRESCLITA

W
ilbur y Michael van andando y aparece un papel que pone:

“Tenéis que ir al Lago Oscuro, que está detrás de vosotros y capturar a la piraña gigante que se ha comido a Larry, y un pulpo que se ha comido a la piraña, y una ballena que se ha comido al pulpo”.

Entonces se tiran al Lago Oscuro, encuentran a la ballena y dejaron que se les comiera. Dentro de la ballena encontraron al pulpo y dejaron que se les comiera. Dentro del pulpo, encontraron a la piraña y dejaron que se les comiera. Dentro de la piraña gigante encontraron a Larry.
-¿Estás bien, Larry? Cuánto tiempo sin vernos- Dijo Wilbur alegre.
-Estoy bien, pero cuando me salvéis, voy a seguir mi propio camino- Dijo Larry-¿Y quién eres tú? 
-Me llamo Michael, tengo once años y voy con Wilbur.
-Yo soy Larry y tengo catorce años.

Entonces, Michael y Wilbur le hicieron un agujero enorme en la espalda a la piraña.
Ahora estaban dentro del pulpo. Fueron por su cuello, y salieron por la boca. Pero el pulpo aún seguía vivo, así que le ataron con sus ocho largos tentáculos. Pero no sabían cómo salir de la ballena.
De repente la ballena giró la lengua y se iban a caer.
-¡Soltaros!- Dijo Michael- ¡Una, dos y… tres!
¡¡PUM!!
Cayeron al agua.
Después Larry se fue. Y apareció el portal que decía:

“Bien, ya habéis salvado a todos los aldeanos. Habéis luchado contra dragones, tigres, brujas, ballenas, pulpos, pirañas… y habéis sobrevivido.
Enhorabuena, porque os voy a hacer reyes de Larley, tan solo entrando en el portal”





































VIII
TRAMPA

C
uando salieron del portal se encontraron con un palacio, con un montón de butacas y con un escenario con dos enormes tronos.
Vinieron un hombre y una mujer para darles dos coronas.
Y de repente cayó una jaula estrecha y pequeña encima de ellos.
Entonces vieron como metieron a Serena en la misma jaula.
Les llevaron a una cárcel mágica, sacaron a Michael de la jaula y lo metieron en otra que estaba a dos metros de ellos.
Y sacaron de la jaula a Serena y la pusieron en otra que estaba al lado de Michael.
Se hizo de noche y hablaron entre ellos. Serena les dijo que cuando desapareció, era porque la raptaron y le hicieron perder el conocimiento y no sabía lo que había pasado hasta que la despertaron para meterla en la jaula.
 Pensaron que como Wilbur era el que más cerca estaba de la llave, la podía coger y abrirles a todos.
Wilbur metió la mano por la reja, pero no llegaba.
Serena dijo -Pues hay que buscar otro plan.

Cavad un túnel con las palas que os di- dijo Wilbur.
-¿Y qué haremos cuando nos choquemos en el túnel?- Preguntó Michael.
-Mejor, ¿Es que no te das cuenta de que así estaremos juntos y podremos cavar hacia arriba? Después saldremos sin que los guardas de seguridad se den cuenta- dijo Wilbur.
-¡Ah sí, es cierto!- dijo Serena.

Empezaron a cavar Michael y Serena en la misma dirección, pero Wilbur no porque el giró a la izquierda y ellos a la derecha. Wilbur giró porque se dio cuenta de que lo estaba haciendo mal. De repente oyeron las llaves de un guardia acercarse a ellos. Tenían que subir por el túnel que habían hecho, a toda mecha, para que el guardia viera que ellos estaban en la jaula y taparon el agujero con una manta.

Entonces el guardia sacó a Wilbur de la jaula, se lo llevó al patio y lo puso en medio de todos los presos del mundo. Toda esa gente se pone alrededor de Wilbur, sentados en butacas, incluso Serena y Michael.
Él no podía escapar, porque había un guardia de seguridad en cada una de las butacas. Entonces apareció el rey Hueilen, el rey más sagrado del mundo.
Hueilen le dice a Wilbur:
-Hoy vas a pelear con todas y cada una de mis bestias, y si sobrevives, te dejaremos en libertad a ti y a otras dos personas que estén en las gradas que tú quieras.
-Disculpe, rey Hueilen, ¿Puedo elegir a algún voluntario de la grada para que me ayude?- Preguntó Wilbur asustado.
-No, debes hacerlo solo.
-Está bien- dice Wilbur con valentía.
Después de hablar y orar un minuto en silencio, salió el primer monstruo.















IX
MONSTRUOS vs WILBUR

E
l primer monstruo tenía aspecto de ser una serpiente de dos cabezas, y su altura era sobrenatural.
Entonces, Wilbur se montó en la serpiente, le ató sus dos largos cuellos entre sí, mientras decía: ¡Venga, arre, arre!

Después de luchar contra la serpiente, apareció un Minotauro. Tenía cuerpo humano y cabeza de toro. Era un monstruo.
El Minotauro fue rápido a atrapar a Wilbur, pero corría menos. Así que Wilbur estaba dando vueltas al Minotauro, y le arrancó del cuello un collar que le hacía vivir y entonces el Minotauro cayó muerto al suelo.

Ahora salió un Naga, que tenía cola larguísima de serpiente que le llegaba hasta el tronco, pecho de hombre, brazos de pulpo, y cabeza de genio malvado.
Con un traje espantoso, el Naga, tiró a Wilbur hacia atrás con su larga cola de serpiente, pero él se levantó y corrió cogido de su cola hasta que la enredó en el Naga y se cayó al suelo.

El siguiente fue una Hiara. La hiara es un dragón de gran tamaño, con cabezas de serpientes venenosas. Una cabeza mordió las piernas a Wilbur. Cuando éste estaba en el cuello boca abajo, cortó la cabeza con su sierra, y salió.
Pero la Hiara seguía viva. Entonces Wilbur le cortó las cabezas que le quedaban, y así murió, lógicamente.
Luego salió un gigante, que tiene cuerpo de hombre, pero es enorme, tan solo un dedo suyo es como tres hombres altos.
Wilbur se puso a escalarlo por su gran cuerpo de gigante. Cuando llegó al extremo de su zapatilla, es como si hubiera recorrido quince ciudades, y estaba supercansado. Pero siguió subiendo hasta que llegó a su gran barba.
Wilbur y el gigante cayeron porque el gigante tropezó.

Después apareció un Quetzalcóatl, que es como una serpiente enorme con alas y una lengua roja enorme y asquerosa que procede de los templos aztecas.
El Quetzalcóatl ahogó a Wilbur, pero éste estaba escalando por las escamas que tenía en la cola, hasta que llegó a las alas y se las cortó, y el  Quetzalcóatl murió.

Luego luchó con un Hipogrifo. El Hipogrifo es un gran caballo alado con cabeza de águila, garras de rapaz en las patas anteriores y pezuñas en las posteriores.
Wilbur le ata una cadena al hipogrifo en el cuello, le estira, lo ahoga y lo mata.


















X
RECOMPENSA

C
omo Wilbur acabó con todo lo que le dieron para matar, le dejaron irse a él, a Michael y a Serena. Y además le dieron una recompensa: un Pegaso, un caballo alado blanco, al que llamó Hidalgo.

Abrieron las enormes puertas y salieron los cuatro. Lo único que veían a su alrededor era tan sólo un desierto. Tan sólo era arena.

A Hidalgo se le ocurrió llevarlos volando a su reino de pegasos que estaba a varias millas de allí...
Era un reino de pegasos y centauros. Hidalgo era igual que los otros pegasos, pero se diferenciaban en el hocico. Todos lo tenían negro y él totalmente blanco. También había caballos marrones con rayas negras y eran un poco más bajitos de lo normal.
Hidalgo oyó que se acercaban los malos, así que avisó a los demás pegasos, y todos fueron volando, incluidos Wilbur, Michael y Serena, que iban encima de Hidalgo.
Todos los pegasos se dirigían a una especie de océano lleno de peces, sirenas/os, tiburones y tritones.













XI
LARRY

C
uando llegaron, Hidalgo los dejó en una roca. Los chicos estuvieron allí durante horas, hasta que algo le cogió del pié a Wilbur, y resulta que no era ningún tipo de pez, era…
-¡Larry!- gritó Wilbur.
-¡Wilbur! Me alegro mucho de verte. Te tengo que confiar a ti y a tus amigos un secreto- dijo Larry.
-Desembucha- dijo rápido Serena.
-Está bien, soy un sireno, observar…-desembuchó Larry.
Larry saltó y los demás le vieron la cola de sireno, se asombraron un montón. Saltó de un lado de la roca al otro y les cayó un poco de agua en la cara.
-¿Cómo te has convertido?- pregunta Michael.
-He conocido un clan, me han hecho un par de preguntas, me han tirado una especie de agua bendita, y me convertí al tocar el agua- responde Larry.


















XII
AYUDA

D
e repente, apareció una quimera, que es una criatura que tiene conjugación de tres animales: león, dragón y cabra.
Con sus garras de león atrapó a Serena y se la llevó volando.
Los otros dos llamaron a Hidalgo y se fueron volando detrás de la quimera. Estaban como jugando al “pilla-Pilla”, pero en el aire, y mucho más peligroso.
Wilbur alargó el brazo y casi, casi cogía a Serena. Le faltaba unos centímetros, no llegaba, así que Serena le ayudó y ella también estiró el brazo.
La quimera sabía de sobra que Serena se iba a caer de un momento a otro, pero ni Hidalgo ni los chicos se dieron cuenta. Entonces Larry nadó hasta el punto donde Serena iba a caer y la cogió en brazos, la había salvado. Entonces los demás se dieron cuenta y bajaron a ver si estaba bien.
La quimera huyó a su guarida…

Wilbur miró bajo el agua y vio algo parecido a sangre. Era rojo puro y no se veía dónde acababa. Se lo contó a los demás.
Después de hablar un rato tomaron entre todos una decisión.
Los chicos le pidieron a Larry que les echara un poco de esa agua especial para que de esa forma pudieran seguir la sangre a dónde quiera que les lleve.
De repente Michael dijo:
-Pero, ¿Seremos seres acuáticos el resto de nuestras vidas, Larry?
-Pues claro que no. Escuchad, hay dos tipos de agua. Una de ellas es para quien quiere ser sireno o sirena para siempre. Y la otra es para quien sólo quiere serlo temporalmente.
Y entonces Serena dijo:
-¿Cuánto tiempo exactamente?
-Pues unos dos días enteros, quiero decir, a las doce de la noche del segundo día volveréis a ser normales. Y si no lográis salir del agua antes de esa hora, moriréis inmediatamente.
Y entonces Wilbur preguntó de nuevo:
-¿Y cómo moriremos si no logramos salir a tiempo, Larry?
-Vuestros pulmones se llenarán de agua, y para que a mí no me pasara eso yo me tiré al cuerpo el agua que me convirtió en sireno para siempre.
-Preferimos el agua que dura exactamente dos días enteros- dijo Serena, después de hablar con los demás.
Entonces Larry bajó al fondo del mar a por el agua especial.

Diez minutos después…
-¡Larry, por fin llegas!- dijo Serena
Cuando Larry les tiró un poco de esa agua especial, había una luz blanca, brillante, muy brillante y resplandeciente. No se veía absolutamente nada…
Unos segundos después los tres eran sirenos y sirena. Se tiraron al agua y se pusieron a seguir el rastro.

















XIII
SANGRE DE NADIE

S
erena, Michael y Wilbur siguieron la sangre a ver a dónde les conducía, pero no les llevaba a ningún sitio. Cada vez parecía que llegaban, pero no.

Al fin llegaron hasta un pez azul-verdoso con escamas con todo el cuerpo y estaba muerto. Era horroroso, y Larry dijo:
-Esto es obra de Kraken.
-¿Qué es el Kraken?- preguntó Serena.
Y Larry respondió:
-El Kraken es una criatura marina, más grande que cuatro elefantes, casi imposible de destruir que se alimenta se alimenta de sirenos/as y de wisiks, que es lo que está muerto.
Y Michael preguntó:
- Y tú, Larry, ¿Sabes dónde vive el Kraken?
-Sí, vive en el mar Negro, que está en Turquía. Nos pilla un poco lejos- le contestó Larry.
- No pasa nada, chicos, llamaré a mi pegaso Hidalgo, él nos llevará volando hasta Turquía en un “pis-pas”- dijo Wilbur, alegrando la cara de los demás.
-Está bien, ¡Vamos!- gritó serena.
Wilbur llamó a Hidalgo…
Todos se subieron a él excepto Larry que se quedó en el mar.

Nada más salir del agua, se les quitó la cola de sirena, y si miramos desde la posición que está Larry, se veía una cosa blanca (que es Hidalgo), y cosas más oscuras subidas encima que eran sus amigos.
Era impresionante para el mundo de la magia lo que iban a hacer ellos.
Estaban atravesando el mundo para matar a una bestia que ni siquiera habían visto, solo habían oído hablar de ella…
Ya estaban más cerca. Estaban atravesando Italia por los aires.
Mientras Wilbur volaba pensaba:
“Desde el momento en que me escapé del orfanato mi vida cambió para siempre. Fue increíble. Todavía me acuerdo cuando Llanis me estaba diciendo que fuera con un poni volador a la ventana y la rompiera. Ahora comprendo que no estaba tan loca porque yo tengo un caballo volador (hidalgo) y ella dijo un poni (no hay tanta diferencia)”.

-¡Wilbur, Wilbur!-gritó Michael intentando despertar a Wilbur.
Este despertó y dijo:
-Lo siento, ¿Ya hemos llagado?-.
-No, pero ya falta poco, estamos entre la frontera de Bulgaria y Turquía.






















XIV
KRAKEN

D
os horas después…
Ya estaban en los Montes de Ponto, habían llegado a la orilla, podían ver el agua. Todo era grande, el lago era enorme con muchas burbujas negras, parecía que era hondo y daba un poco de miedo bañarse porque era negro. Pero tenían que hacerlo por el bien de la humanidad.

Veían el agua con toda claridad, estaban un poco asustados, entonces dijo Michael:
-Si queréis entro yo primero, a mi no me importa-.
-No, mejor entremos todos a la vez- dijo Serena.
Entonces los tres, agarrados de las manos, se metieron en el agua negra.
Una vez dentro, algo les daba patadas por debajo del agua.
Michael metió la cabeza en el agua y lo vio… una criatura fea, grande y escamosa, con los ojos separados y la boca grande. Tenía muchos colmillos y cola. Pero sobretodo era grande.

Michael se acercó al Kraken, le tiró una concha muy grande y puntiaguda que había por allí. Ésta se le clavó en el ojo.
Wilbur estaba subido a la espalda del Kraken y Serena tirando cosas que había por allí.
Michael consiguió sacarle un ojo al Kraken, mientras éste le cogió con una de sus manos y le estaba apretando muy fuerte, le hacía daño y le clavaba las uñas.
Serena lo vio, se acercó a la mano del Kraken e intentaba soltar a Michael. Lo consiguió. El Kraken tiró a Michael fuera del agua…
-¡Nooo!- gritó Serena furiosa.
El pobre Michael parecía que estaba muy herido Serena se acerco a él muy triste y a la vez muy furiosa:
-¡Michael, Michael! ¿Estás bien? No te mueras, tranquilo yo vengaré tu muerte -.
Entonces Serena nadó hacia el kraken, en el camino se encontró un palo gordo, afilado, duro, pero sobretodo afilado era como si lo hubieran hecho justo para matar al kraken, así que lo cogió, se lo tiró…
El kraken cayó y Wilbur también (porque como estaba encima del kraken) Serena ayudó a Wilbur a levantarse y éste le dijo a Serena:
-Has sido muy valiente Serena, has matado a el kraken y tranquila yo ya sabía que te gustaba Michael, cada vez que le mirabas te embobabas y se te caía la baba y reías a todas sus gracias como una loca -.
-No es verdad-.
-¿Seguro?-.
-Vale si me gusta, pero no se lo digas e él-.
-No lo haré, pero eso ya no importa porque está en un lugar mejor-.
-Pero, ¿Por qué a él? No había hecho nada malo-.
-Así es la vida Serena, a veces te sorprende-.
Ambos se acercaron a Michael este estaba tirado en el suelo con los ojos abiertos, pálido, paralizado y muerto.
Wilbur dijo, con una lágrima cayendo por su mejilla:
-No, no, no te preocupes, seguro que está en un lugar mejor-.
Serena no dijo nada, tan solo le miró con tristeza y guardaron un minuto de silencio y después ambos se abrazaron y Serena dijo:
-Ya está oscureciendo, ¿Por qué no cogemos el cuerpo de Michael, lo llevamos a esa cueva, y pasamos la noche con él?
-Buena idea, Serena, buena idea.
Y así lo hicieron.
A la mañana siguiente, cogieron a Michael, lo pusieron en una barca y dejaron que se fuera mar a dentro. Soltaron unas tristes lágrimas y cogidos de la mano se fueron con Hidalgo.












































XV
WILBUR Y SERENA

T
res años después de la muerte de Michael…

Serena y Wilbur estaban en un sitio oscuro, con fuego a sus lados.
Ellos no habían cambiado mucho, solo eran más altos y más mayores. Pero vivían muy mal sin Michael a su lado.
Estaban hablando con el demonio de la muerte, que era muy alto y con una túnica tan negra que solo se le veían las manos que eran como las de un esqueleto.
Wilbur le dijo al demonio:
- Queremos hacer un trato con usted: Deja que Michael vuelva a vivir eternamente y yo me voy al infierno ya mismo. Llamémoslo intercambio de cuerpos. ¿Usted acepta?
- Siii, vamos, venid- dijo susurrando.

Wilbur y Serena siguieron al demonio hasta una puerta enorme. Ésta se abrió al mismo tiempo que sopló un viento terriblemente fuerte.
El demonio empujó a los dos dentro de esa puerta, que era el infierno.
Cayeron por un agujero negro hasta llegar a un lugar enormemente grande. Los únicos colores que había eran el rojo y el negro, y se veía como a los muertos les cortaban las cabezas y con ellas jugaban al fútbol, al baloncesto, a los bolos… Y al final del todo había gente dentro de jaulas de fuego.

Serena dijo:
-Wilbur, mira las jaulas de atrás. En una de ellas está Michael.
-Tienes razón, ¡Vamos!
Cuando llegaron le dijeron los dos a la vez:
-¿Qué haces aquí? Se supone que aquí vienen los que han hecho cosas malas en su vida.
- Sí, pero yo de pequeño hice un trato con el demonio de la muerte para que le devolviera la vida a mi hermano, y así cuando yo muriera, me iría al infierno, y aquí estoy. Y vosotros, ¿qué hacéis aquí?
-Pues hemos intentado que a ti te devolviera la vida y a mí me llevara al infierno, pero nos engañó y metió a Serena también- dijo Wilbur.
-¡Ja, ja, ja, qué bueno!- rió Michael.
Y Wilbur y Serena se miraron y se rieron igual que Michael.
-¡Ja, ja, ja…!


* * *
































Y esta ha sido la historia de Wilbur y sus amigos. Al final Serena y Michael se hicieron novios en el infierno, y a Wilbur le pareció bien. Ni vivieron felices ni comieron perdices, ¿qué se le va a hacer? Pero por lo menos acabaron viviendo juntos, aunque sea en el infierno.

FIN




 




    













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