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domingo, 28 de julio de 2013

Una semana.

No me gustan los domingos, porque significa que se ha terminado la semana, que otra semana más ha desaparecido. Que nos queda una semana menos para vivir..
En una semana pueden pasar muchas cosas, puede ser la peor o la mejor de tu vida.
Puedes derrumbarte, o seguir adelante. Puede cambiar tu vida entera en solo siete días, o en siete segundos.
¿Por qué solo siete días, por qué no diez, o veinte? ¿Quién decidió que una semana tiene que tener siete días?
Si empezamos a cuestionarnos todo, no podríamos vivir, hay demasiadas incógnitas.
Tan jóvenes... Tan incapaces de ver que una semana puede marcar el resto de tu vida, que puedes cambiar el mundo en una semana, puedes morir en uno de esos siete días, y nacer, también.
Quizá si las semanas tuvieran más días se haría más fácil nuestra convivencia, porque los días pasan demasiado deprisa. Van pasando y pasando, semanas, meses, años, y no nos damos cuenta.
Porque parece ayer cuando me pasó aquello, cuando aquella semana me cambió- pensamos.
Quizá si la semana fuera más larga se nos haría más difícil la convivencia, porque si la semana en la que vives es difícil, estas deseando que acabe.
La semana que viene todo será diferente- pensamos.
Pero no tiene porqué ser más larga, ¿y si solo tuviera cinco días una semana?
Quizá entonces todo seria mas complicado.
Al fin y al cabo los días pasan igual, sean los que sean una semana. Pero un día da para mucho. Y siete días para mucho más.

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