12.
Una noche
Desperté dos
horas después, con la memoria borrosa y ya en mi cuerpo, había vuelto a la
vida, yo había salvado a Miranda y ella a mí, debería agradecérselo pero la
verdad era que en aquel momento la odiaba, porque yo quería haber muerto…
Ella estaba
sentada a mi lado comiendo carne blanca de Pitxe. Yo estaba tumbada con la
mochila como almohada, confusa. Hacia una noche estrellada realmente única, le
echaba de menos.
Me senté como ella y le dije:
-¿Qué ha
pasado?
-Nada, el Pitxe
te ha hipnotizado, has tenido mala suerte, ese era muy fuerte, era uno de los
alfas jefe, esos son los peores. Por suerte desperté y le corté la cabeza por
la espalda, ni se enteró.- fue interesante el poco interés que puso al decirlo,
como si no importara, como si fuese algo que hace todos los días- Tú estabas
casi muerta, no respirabas, tuve que reanimarte durante una media hora para que
volvieras a tener pulso- yo no paraba de pensar que ojalá me hubiera dejado
allí tirada y hubiera abandonado mi cuerpo- pero conseguí salvarte después de
un rato, lo he pasado fatal, pensé que te perdía Silver, menos mal que estas
bien, no hubiera podido seguir yo sola.
Se acercó a mí
y me abrazó, la quería mucho, le había cogido mucho cariño.
-Y que, ¿está
buena la carne de Pitxe?- le dije, ella soltó una risilla.
-Pues si la
verdad, toma- me pasó un trozo.
La probé, era
como si por la garganta me bajaran pinchos arrastrándose por un camino de
espinas y le dije riéndome:
-¡Pero si está horrible! ¿Cómo no has vomitado?- no paraba de reír.
-¡Pero si está horrible! ¿Cómo no has vomitado?- no paraba de reír.
-Sí la verdad-
rió- pero bueno, por lo menos ya no estamos tan trastornadas como antes ¿no?
-Sí, menos mal
que eso ya ha pasado.
Estuvimos comiendo y charlando de todo un poco hasta
que me surgió hacerle una pregunta:
-Oye Miranda… -
Me puse seria.
-¿Qué pasa?
-Que falta muy
poco para que lleguemos al Monasterio del Norte, y…
-¿Y qué? Me
estás asustando.
-Pues que
cuando lleguemos tú te quedarás con tu hermana y estaré sola…
-Es cierto, no
lo había pensado… Pero a lo mejor Justin está allí con Pegaso, quien sabe.
Al escuchar su
nombre en voz alta se partió un trozo de mi corazón.
-Pero, ¿y si no
lo está? ¡¿Por qué los dos me dejáis sola?! ¿Qué os he hecho yo? Yo quiero irme
con vosotros, yo no conozco este mundo, no sobreviviré yo sola Miranda, no lo
conseguiré, os necesito… - Me estaba atragantando ya que había tantas palabras
que deseaba decirle, no podía aguantar…-.
Me puse a
llorar porque ahora estaría yo sola, no podía soportarlo…
Ella se acercó
a mí, me limpió las lágrimas y me dijo:
-¿Pero qué dices? Tú eres mucho más fuerte que eso Silver, claro que podrás con esto.
-¿Pero qué dices? Tú eres mucho más fuerte que eso Silver, claro que podrás con esto.
-No Miranda, yo
no soy como tú…- No podía dejar de llorar- yo no soy líder como tú, no lo
aguantaré…
-Sí lo harás,
¿sabes por qué?
-¿Por qué?
-¡Porque no
estarás sola, yo iré contigo, y mi hermana también, las dos te acompañaremos en
este viaje, no voy a dejar que te pase nada después de todo lo que hemos vivido
juntas!
La mirada se me
iluminó al escuchar eso, yo siempre había temido separarme de ella desde que
Justin se fue, y ahora eso no pasaría, ella era la mejor persona del mundo.
-Te quiero
Miranda en serio, gracias.
Me tiré a su
cuello, nos abrazamos y reímos. Luego ella me dijo:
-Venga vamos a
dormir ya- Me sonrió.
Yo no dije nada
y me acosté de nuevo, con el estómago lleno, la mente en blanco y el corazón en
un puño. Estaba viviendo demasiados sentimientos a la vez, le echaba de menos,
era horrible la tortura de no saber nada de él, ya no solo de si está conmigo…
Sino es que no sé ni siquiera si está vivo. Yo le necesitaba, intenté olvidarme
de él y seguir con Miranda como si nada, ocultando que estoy rota por dentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario