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lunes, 29 de octubre de 2012

3. Roplex


3. Roplex

Cuánta variedad de tamaños y formas había entre las casitas, pero casi ninguna era más alta que un ser humano. Pisábamos tierra naranja, impresionante. Los Enanics nos miraban un poco asustados, me sentía vigilada, con demasiadas cosas alrededor, agobiada.
Se podía olisquear como un olor a humo procedente de las hogueras que habían creado, algunos estaban talando los troncos de los árboles para hacer mas leña, daba la sensación de que no nos habíamos movido de Staixek, las mismas casas, tanta gente como allí, aunque esto daba un aspecto como mas hogareño, acogedor.
Un duendecillo de esos se acercó a nosotros, parecía el líder de su humilde manada, nos dijo:
-Hey, to zoy rei Roplex, ze qeu tileit caminote raso per alaze, zeleix tar sasos, ¿tileit himbre? -Parece que hasta habían inventado un idioma nuevo, algo inteligente.
Justin desafortunadamente bostezó y Miranda se tocó el cuello, parece que le dolía un poco de tener que mirar hacia abajo.
Yo, perpleja les pregunté a mis amigos:
-¿Lo habéis entendido?
Justin negó con la cabeza, pero Miranda me susurró:
-En mi familia es el primer idioma que aprendemos a hablar, el idioma roplexiano, luego ya el de los humanos, es una rara costumbre, no la entiendo bien, pero tranquilos, os iré traduciendo-.
Yo asentí y le dije:
-¿Y que ha dicho antes?
-¡Ah! Antes… Ha dicho ‘Hola, soy el rey de Roplex, sé que tenéis un largo camino por delante, debéis estar cansados, ¿tenéis hambre?’- dijo imitando su voz grave y seria tontamente, después soltó una risita y yo le pegué un codazo en la costilla-.
-Dile, que no gracias, que tenemos mucho que hacer- le contesté-.
-¡Pero que dices! Estoy muerto de hambre, no pasa nada por descansar un poco- dijo Justin hambriento, yo suspiré y asentí-.
Miranda les dijo en roplexiano:
-Mute chancias, nop lintilar’e tromete a poco- sonrió, como sintiéndose superior al saber ella algo que nosotros no-.
-¿Qué les has dicho?- murmuré-.
-‘Muchas gracias, no nos importaría comer un poco’-.
-Fowellent-.
Miré a Miranda pero antes de que me dejara decir nada me tradujo:
-Seguidme-.
Hicimos lo que según miranda él duendecillo había  dicho.
Dimos un paseíllo por las deliciosas calles de Roplex, era todo tamaño miniatura, yo miraba asombrada a mis alrededores, y al contrario ellos dos simplemente andaban.
Llegamos a una diminuta cabaña de madera, con las ventanas redondas y la puerta baja, éramos demasiado altos como para entrar, tendríamos que agacharnos, y lo hicimos.
Abrió la puerta y nos agachamos para entrar, el interior era mucho más grande y espacioso que el exterior, es raro parecía enana por fuera pero tenia un gran interior. Teníamos que andar con la espalda un poco curvada hasta que nos sentamos en un sofá. Todo era colores crema y algunas cosas escarlata, pero todo de madera, aunque el sofá parecía de piel de algún animal. Había varios muebles, el sofá era bastante cómodo, creo que demasiado.
El duende se puso a preparar un te, o eso parecía, en unas tacitas blancas.
-To zoy Lyon, lou zeleix zerr Silver- dijo mirándome a mi- lou… ¿Justin?-supongo que le estaba preguntando si él se llamaba Justin, este llegó a la misma conclusión que yo y asintió- py lou de talisima Miranda- acabaron las presentaciones-.
 Me quedé flipada, ¿se conocían?, se sonrieron como si fueran familia y ella nos miró a nosotros y nos dijo:
-‘Yo soy Lyon, tu debes de ser Silver, tú… ¿Justin? Y tu la bellísima Miranda’.
Si, nos conocemos, de niña solía venir con mis padres a pasar los inviernos aquí, nos protegíamos del frio, mi padre y él son viejos amigos, y lo sabe todo sobre mi historia con Lexa, él sabe quienes sois y a lo que hemos venido, los Enanics pueden predecir el futuro, pero son muy nobles, jamás revelan lo que ven- explicó-.
Me sentía realizada, cada vez sabía más sobre esta cultura tan extravagante.
-¿Sep pdo lular un polo?- nos preguntó, ambos miramos a Miranda a la vez-.
-‘¿Si puedo ayudar en algo?’- puso los ojos en blanco, estaba harta de traducirnos-.
Justin le dijo a Miranda:
-Dile, que sabemos lo que tenemos que hacer pero gracias de todas formas-.
Esta situación era un poco incómoda ya que yo estaba sentada en el medio de ambos.
Ella suspiró y le dijo a Lyon:
-Sixemon de qeu tileit qeu fir peto chancias- se me escapó una risita incómoda, es que parecía idioma extraterrestre, y de la forma en que le cambiaba la voz a Miranda era asombroso, todos me miraron y me callé-.
-Vilepa, ¿quirres a poco de te?- nos preguntó-.
Antes de que Justin y yo hiciéramos algún signo de que queríamos saber su significado Miranda dijo irritada:
-‘Vale, ¿queréis un poco de te?’
-Yo si- dijo Justin de repente-.
Miranda se rió y le dijo:
-Haber, intentar decírselo vosotros solitos- se volvió a reír-.
Justin le miró con mala cara, pero según lo que había oído, me apetecía intentarlo:
- “Como era si…”- pensé desesperada, todos me miraban- “¡Me acordé!” ¡Sip chancias!-  dije entusiasmada, había aprendido algo del idioma roplexiano-.
Miranda se rió y Lyon me sonrió y me sirvió una taza, todos miramos a Justin:
-¿En serio?... hay… sip chancias…- dijo con desgana-.
Lyon le sirvió a él también, y Miranda hizo una mueca como que no quería.
Nos lo tomamos a gusto mientras intentábamos mantener una conversación en roplexiano, Justin se equivocaba todo el rato, cosa que nos hacia reírnos a todos, pasamos una tarde divertida.
 Un rato después Lyon nos ofreció una comida incomible a decir verdad, él lo llamaba: ‘excrementos de Yaceles’, al oír el nombre quería vomitar, pero tenía hambre… Nos tocó aguantarnos y comérnoslo todo, la verdad es que los Enanics eras muy hospitalarios.
Pensé que ya habíamos perdido bastante tiempo y que teníamos que continuar así que intenté decírselo a Lyon en roplexiano:
-Mute chancias Lyon, peto creix qeu tileit erereno ta, ¡tileit a caminote raso!- luego sonreí-.
Justin me miró perplejo y Miranda le tradujo:
-‘Muchas gracias Lyon, pero creo que tenemos que irnos ya, ¡tenemos un largo camino!’-.
Él desconcertado me miró y me preguntó:
-¿Cómo sabias que se decía así?
-Aprendo rápido- le sonreí, y él me devolvió la sonrisa-.
Lyon se acercó a mí, me cogió la mano con fuerza y me dijo:
-Vat a liconrente con mute difisin un de caminote, nuno miro tra, followent alaza, mute swain Silver, mute swain- y muy serio me soltó la mano-.
-‘Vas a encontrarte con muchas dificultades en el camino, nunca mires atrás, sigue hacia delante, mucha suerte Silver, mucha suerte’- tradujo Miranda-.
-Mute chancias Lyon, dos.- le dije seriamente-.
-‘Muchas gracias Lyon, adiós’- le tradujo Miranda a Justin-.
Justin se molestó y le dijo a Miranda:
-¡No soy idiota, sé lo que había dicho!
-Hay perdona…
Pero antes de empezar a irnos Lyon me susurró:
-Ze qeu nesos caminotes se viloran a encontrati, nop se a dos, se a hiti lugo- a continuación me sonrió y yo a él-.
Miranda tradujo esto solo para fastidiar a Justin:
-‘Se que nuestros caminos se volverán a encontrar, no es un adiós, es un hasta luego’-.
Justin gruñó y Miranda se rió y le dijo a Lyon:
-¡Hiti lugo Lyon!-.
Yo suspiré porque sus discusiones habituales ya me aborrecían, mientras nos alejábamos entre las casitas le dije adiós a Lyon con la mano.
Subimos a Pegaso y fuimos cabalgando entre las calles de este magnifico pueblecito hasta que nos topamos con una muralla. Justin bajó preocupado de Pegaso y dijo:
-No había pensado en esto…-.
-¿Qué pasa?- pregunté-.
-Esta es la muralla que separa Roplex y Unrruk de Supak, que es donde vamos…-me contesto-.
-¿Qué es Unrruk?
-Es uno de los lugares más peligrosos que hay en Eskeindran, está al otro lado del rio Monket-.
Miré hacia allí pero era de noche y estaba demasiado lejos, no se veía nada.
 -¿Por qué no acampamos aquí y mañana ya saltamos la muralla?- preguntó Miranda somnolienta-.
-De acuerdo- afirmó él-.
Nos tumbamos, yo como siempre en el medio y como siempre me puse la mochila como almohadón, me giré hacia el lado que estaba Justin y él hacia el mio, nos miramos y sonreímos, y él me dijo:
-Buna noliet-.
Yo me reí, no se decía así.
-¿Qué pasa? ¿Cómo se dice?
-Vune notxe- seguí riendo-.
-¡Como se complican la vida estos bichos eh!- reí- lo pequeños que son y la guerra que dan- me sonrió-.
Paré de reír y le devolví la sonrisa dulcemente, me dormí.
Volví a tener aquel sueño otra vez… Si, aquel en el que Justin y yo teníamos que luchar contra todos los hechiceros, pero esta vez había algo diferente, uno de ellos me atacó por la espalda, yo intenté volar, inútil intento, me agarró y me cortó un ala, grité desesperadamente y le di una patada, perdí de vista a Justin, miré al cielo, escuchaba gritos a mi alrededor, me estaban matando… Pero yo solo me centraba en que en el cielo habían dragones, dragones de verdad, increíbles y preciosos, sentía dolor pero intenté reprimirlo y no se como lo hice pero funcionó, no sentía nada…Me caí  redonda al suelo, pero a pesar de todo seguía sonriendo, se marcharon los hechiceros y poco después Justin vino corriendo, estaba llorando y gritándome cosas, pero no escuchaba nada… No paré de sonreír y poco después se me cerraron los ojos, no podía seguir teniéndolos abiertos, me pesaban demasiado los párpados…

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