3. Roplex
Cuánta
variedad de tamaños y formas había entre las casitas, pero casi ninguna era más
alta que un ser humano. Pisábamos tierra naranja, impresionante. Los Enanics
nos miraban un poco asustados, me sentía vigilada, con demasiadas cosas
alrededor, agobiada.
Se
podía olisquear como un olor a humo procedente de las hogueras que habían
creado, algunos estaban talando los troncos de los árboles para hacer mas leña,
daba la sensación de que no nos habíamos movido de Staixek, las mismas casas,
tanta gente como allí, aunque esto daba un aspecto como mas hogareño, acogedor.
Un
duendecillo de esos se acercó a nosotros, parecía el líder de su humilde
manada, nos dijo:
-Hey, to zoy rei Roplex, ze qeu tileit caminote
raso per alaze, zeleix tar sasos, ¿tileit himbre? -Parece que hasta habían
inventado un idioma nuevo, algo inteligente.
Justin
desafortunadamente bostezó y Miranda se tocó el cuello, parece que le dolía un
poco de tener que mirar hacia abajo.
Yo,
perpleja les pregunté a mis amigos:
-¿Lo
habéis entendido?
Justin
negó con la cabeza, pero Miranda me susurró:
-En
mi familia es el primer idioma que aprendemos a hablar, el idioma roplexiano,
luego ya el de los humanos, es una rara costumbre, no la entiendo bien, pero
tranquilos, os iré traduciendo-.
Yo
asentí y le dije:
-¿Y
que ha dicho antes?
-¡Ah!
Antes… Ha dicho ‘Hola, soy el rey de Roplex, sé que tenéis un largo camino por
delante, debéis estar cansados, ¿tenéis hambre?’- dijo imitando su voz grave y
seria tontamente, después soltó una risita y yo le pegué un codazo en la
costilla-.
-Dile,
que no gracias, que tenemos mucho que hacer- le contesté-.
-¡Pero
que dices! Estoy muerto de hambre, no pasa nada por descansar un poco- dijo
Justin hambriento, yo suspiré y asentí-.
Miranda
les dijo en roplexiano:
-Mute chancias, nop lintilar’e tromete a poco-
sonrió, como sintiéndose superior al saber ella algo que nosotros no-.
-¿Qué
les has dicho?- murmuré-.
-‘Muchas
gracias, no nos importaría comer un poco’-.
-Fowellent-.
Miré
a Miranda pero antes de que me dejara decir nada me tradujo:
-Seguidme-.
Hicimos
lo que según miranda él duendecillo había
dicho.
Dimos
un paseíllo por las deliciosas calles de Roplex, era todo tamaño miniatura, yo
miraba asombrada a mis alrededores, y al contrario ellos dos simplemente
andaban.
Llegamos
a una diminuta cabaña de madera, con las ventanas redondas y la puerta baja,
éramos demasiado altos como para entrar, tendríamos que agacharnos, y lo
hicimos.
Abrió
la puerta y nos agachamos para entrar, el interior era mucho más grande y
espacioso que el exterior, es raro parecía enana por fuera pero tenia un gran
interior. Teníamos que andar con la espalda un poco curvada hasta que nos
sentamos en un sofá. Todo era colores crema y algunas cosas escarlata, pero
todo de madera, aunque el sofá parecía de piel de algún animal. Había varios
muebles, el sofá era bastante cómodo, creo que demasiado.
El
duende se puso a preparar un te, o eso parecía, en unas tacitas blancas.
-To zoy Lyon, lou zeleix zerr Silver-
dijo mirándome a mi- lou… ¿Justin?-supongo
que le estaba preguntando si él se llamaba Justin, este llegó a la misma
conclusión que yo y asintió- py lou de
talisima Miranda- acabaron las presentaciones-.
Me quedé flipada, ¿se conocían?, se sonrieron
como si fueran familia y ella nos miró a nosotros y nos dijo:
-‘Yo
soy Lyon, tu debes de ser Silver, tú… ¿Justin? Y tu la bellísima Miranda’.
Si,
nos conocemos, de niña solía venir con mis padres a pasar los inviernos aquí,
nos protegíamos del frio, mi padre y él son viejos amigos, y lo sabe todo sobre
mi historia con Lexa, él sabe quienes sois y a lo que hemos venido, los Enanics
pueden predecir el futuro, pero son muy nobles, jamás revelan lo que ven-
explicó-.
Me
sentía realizada, cada vez sabía más sobre esta cultura tan extravagante.
-¿Sep pdo lular un
polo?- nos
preguntó, ambos miramos a Miranda a la vez-.
-‘¿Si
puedo ayudar en algo?’- puso los ojos en blanco, estaba harta de traducirnos-.
Justin
le dijo a Miranda:
-Dile,
que sabemos lo que tenemos que hacer pero gracias de todas formas-.
Esta
situación era un poco incómoda ya que yo estaba sentada en el medio de ambos.
Ella
suspiró y le dijo a Lyon:
-Sixemon de qeu tileit qeu fir peto chancias- se me escapó una risita incómoda, es que parecía idioma extraterrestre, y de la forma en que le cambiaba la voz a Miranda era asombroso, todos me miraron y me callé-.
-Sixemon de qeu tileit qeu fir peto chancias- se me escapó una risita incómoda, es que parecía idioma extraterrestre, y de la forma en que le cambiaba la voz a Miranda era asombroso, todos me miraron y me callé-.
-Vilepa, ¿quirres a poco de te?- nos
preguntó-.
Antes
de que Justin y yo hiciéramos algún signo de que queríamos saber su significado
Miranda dijo irritada:
-‘Vale,
¿queréis un poco de te?’
-Yo
si- dijo Justin de repente-.
Miranda
se rió y le dijo:
-Haber,
intentar decírselo vosotros solitos- se volvió a reír-.
Justin
le miró con mala cara, pero según lo que había oído, me apetecía intentarlo:
-
“Como era si…”- pensé desesperada, todos me miraban- “¡Me acordé!” ¡Sip chancias!- dije entusiasmada, había aprendido algo del
idioma roplexiano-.
Miranda
se rió y Lyon me sonrió y me sirvió una taza, todos miramos a Justin:
-¿En
serio?... hay… sip chancias…- dijo
con desgana-.
Lyon
le sirvió a él también, y Miranda hizo una mueca como que no quería.
Nos
lo tomamos a gusto mientras intentábamos mantener una conversación en
roplexiano, Justin se equivocaba todo el rato, cosa que nos hacia reírnos a
todos, pasamos una tarde divertida.
Un rato después Lyon nos ofreció una comida
incomible a decir verdad, él lo llamaba: ‘excrementos de Yaceles’, al oír el
nombre quería vomitar, pero tenía hambre… Nos tocó aguantarnos y comérnoslo
todo, la verdad es que los Enanics eras muy hospitalarios.
Pensé
que ya habíamos perdido bastante tiempo y que teníamos que continuar así que
intenté decírselo a Lyon en roplexiano:
-Mute chancias Lyon, peto creix qeu tileit
erereno ta, ¡tileit a caminote raso!- luego sonreí-.
Justin
me miró perplejo y Miranda le tradujo:
-‘Muchas
gracias Lyon, pero creo que tenemos que irnos ya, ¡tenemos un largo camino!’-.
Él
desconcertado me miró y me preguntó:
-¿Cómo
sabias que se decía así?
-Aprendo
rápido- le sonreí, y él me devolvió la sonrisa-.
Lyon
se acercó a mí, me cogió la mano con fuerza y me dijo:
-Vat a liconrente con mute difisin un de
caminote, nuno miro tra, followent alaza, mute swain Silver, mute swain- y
muy serio me soltó la mano-.
-‘Vas
a encontrarte con muchas dificultades en el camino, nunca mires atrás, sigue
hacia delante, mucha suerte Silver, mucha suerte’- tradujo Miranda-.
-Mute chancias Lyon, dos.- le dije
seriamente-.
-‘Muchas
gracias Lyon, adiós’- le tradujo Miranda a Justin-.
Justin
se molestó y le dijo a Miranda:
-¡No
soy idiota, sé lo que había dicho!
-Hay
perdona…
Pero
antes de empezar a irnos Lyon me susurró:
-Ze qeu nesos caminotes se viloran a
encontrati, nop se a dos, se a hiti lugo- a continuación me sonrió y yo a
él-.
Miranda
tradujo esto solo para fastidiar a Justin:
-‘Se
que nuestros caminos se volverán a encontrar, no es un adiós, es un hasta
luego’-.
Justin
gruñó y Miranda se rió y le dijo a Lyon:
-¡Hiti lugo Lyon!-.
Yo
suspiré porque sus discusiones habituales ya me aborrecían, mientras nos
alejábamos entre las casitas le dije adiós a Lyon con la mano.
Subimos
a Pegaso y fuimos cabalgando entre las calles de este magnifico pueblecito
hasta que nos topamos con una muralla. Justin bajó preocupado de Pegaso y dijo:
-No
había pensado en esto…-.
-¿Qué
pasa?- pregunté-.
-Esta
es la muralla que separa Roplex y Unrruk de Supak, que es donde vamos…-me
contesto-.
-¿Qué
es Unrruk?
-Es
uno de los lugares más peligrosos que hay en Eskeindran, está al otro lado del
rio Monket-.
Miré
hacia allí pero era de noche y estaba demasiado lejos, no se veía nada.
-¿Por qué no acampamos aquí y mañana ya
saltamos la muralla?- preguntó Miranda somnolienta-.
-De
acuerdo- afirmó él-.
Nos
tumbamos, yo como siempre en el medio y como siempre me puse la mochila como
almohadón, me giré hacia el lado que estaba Justin y él hacia el mio, nos
miramos y sonreímos, y él me dijo:
-Buna
noliet-.
Yo
me reí, no se decía así.
-¿Qué
pasa? ¿Cómo se dice?
-Vune notxe- seguí riendo-.
-¡Como
se complican la vida estos bichos eh!- reí- lo pequeños que son y la guerra que
dan- me sonrió-.
Paré
de reír y le devolví la sonrisa dulcemente, me dormí.
Volví
a tener aquel sueño otra vez… Si, aquel
en el que Justin y yo teníamos que luchar contra todos los hechiceros, pero
esta vez había algo diferente, uno de ellos me atacó por la espalda, yo intenté
volar, inútil intento, me agarró y me cortó un ala, grité desesperadamente y le
di una patada, perdí de vista a Justin, miré al cielo, escuchaba gritos a mi
alrededor, me estaban matando… Pero yo solo me centraba en que en el cielo
habían dragones, dragones de verdad, increíbles y preciosos, sentía dolor pero
intenté reprimirlo y no se como lo hice pero funcionó, no sentía nada…Me
caí redonda al suelo, pero a pesar de todo
seguía sonriendo, se marcharon los hechiceros y poco después Justin vino
corriendo, estaba llorando y gritándome cosas, pero no escuchaba nada… No paré
de sonreír y poco después se me cerraron los ojos, no podía seguir teniéndolos
abiertos, me pesaban demasiado los párpados…
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